"(La muerte) ha sido siempre para mi una compañera tan fiel, que a veces lamento morirme solamente porque entonces tal vez la muerte me abandone."

jueves, 8 de julio de 2010

Su relación con la muerte

Existe una estrecha y extraña relación en sus obras tienen con la muerte, al igual que su vida.
En dos de los tres poemas recién analizados, aparece el tema de la muerte: en “Autoepitafio” como la salvación, como el elemento para acabar con el sufrimiento, la expone como la salida a una vida de miserias, como el término a los padecimientos, y en “Voluntad de vivir manifestándose” la nombra en relación con las torturas, y producto de ello “se muestra como “un muerto viviente”, sigue con vida por que respira, pero ya no tiene deseos de vivirla, pues le han quitado todo de mano de estos abusos, y el sufrimiento a calado muy hondamente en él” (Carrasco y Haro 2010).
No sólo los dos poemas anteriormente citados nos hacen querer hacer patente su relación con la muerte, sino que sus declaraciones y la relación que ella tiene con su vida, recordemos que el autor se suicida. Clara manifestación de ello es el epígrafe que antecede este análisis, en que el autor menciona a la muerte como una compañera, debido probablemente a que siempre estuvo en sus planes el quitarse la vida, y probablemente debido al tiempo en que pensó en el suicidio, llegó a sentirla como parte inherente a sí mismo. Otro ejemplo de ello (su relación con la muerte) es el siguiente: “Nadie me había hecho caso y los que allí estaban habían seguido con sus juegos eróticos. Yo ya no existía. No era joven. Allí mismo pensé que lo mejor era la muerte. Siempre he considerado un acto miserable mendigar la vida como un favor. O se vive como uno desea, o es mejor no seguir viviendo” (Era la noche de la muerte: Reinaldo Arenas), ejemplo en el que queda claro su intención de quitarse la vida. Pero, además de escribir acerca de sus intenciones, el autor lo demostró con hechos, ya que cuando llegó a “El Morro” (lugar de prisión) se tomó un puñado de pastillas alucinógenas, despertando de milagro a los tres días, y, tiempo más tarde, se colgó desde su cama haciendo una soga con sus ropas, donde permaneció alrededor de cuatro horas.
Finalmente Arenas logra lo que había lo había obsesionado: se quita la vida ingiriendo gran cantidad de pastillas y alcohol.
Esta particular relación de la muerte con Reinaldo Arenas, sucede debido a la gran cantidad de calamidades por las que tuvo que atravesar durante toda su vida. Los espantosos sucesos de los que fue protagonista eran demasiado para querer continuar viviendo, y la veía como una escapatoria, como salvación del sufrimiento, Arenas simplemente estaba arto de sufrir.

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